E L Ayuntamiento de Jerez ha iniciado el camino hacia la candidatura de la ciudad para ser Capital Europea de la Cultura en el año 2031. El teniente de alcalde encargado de este proyecto, Francisco Camas, ya ha mantenido los primeros contactos con empresas, instituciones y personalidades para sondear las posibilidades de apoyo reales con las que contará la opción de Jerez. Mañana lunes dará una conferencia en el Palacio de Villapanés la coordinadora de programa de la Fundación Aarhus 2017, Trine Bang, para explicar la experiencia de esta ciudad danesa que alcanzó esa meta. Y la Junta de Andalucía, que ya ha apoyado institucionalmente la candidatura de Granada, no ve con malos ojos esta competencia entre dos ciudades andaluzas. Todo lo contrario, así hay más posibilidades de que la capitalidad se quede en Andalucía en 2025, cuando se tendrá que decidir la ciudad elegida. El Gobierno central, quién sabe para entonces cómo estará la cosa, tendrá la última palabra para proponer la sede.

Hasta ese momento hay más de cinco años para preparar un proyecto capaz de crear las condiciones que hagan merecedora a Jerez de tal nombramiento. No hay que insistir mucho en las repercusiones que tendría para la ciudad una designación así. Basta con echar un vistazo al legado que ha supuesto para aquellas ciudades, grandes y pequeñas, que han sido capitales europeas de la cultura y, sobre todo, las puertas que les ha abierto al futuro. Porque una carrera de este tipo se traduce en una serie de mejoras que perduran en el tiempo, además de una agenda, un prestigio y un conocimiento que pocas campañas de publicidad pueden pagar. Turísticamente hablando, además, es un bombón.

Hablamos de ilusión, por supuesto. Esa energía que hace luchar por los sueños. Y esto es un sueño. Granada no tiene rival. Granada, preciosa, es una de las ciudades más conocidas del mundo. Y es precisamente esa tremenda capacidad de Granada la que hace albergar esperanzas en Jerez. Porque las capitalidades culturales fueron creadas para dar visibilidad y desarrollo a ciudades con posibilidades que están faltas de un 'empujón'. Justo lo que le falta a esa gran ciudad universal, pero olvidada, que es Jerez.

Ahora bien. De ilusión sólo no se vive. Y para alcanzar una meta así hace falta algo fundamental: unidad. Si todos creemos, será más fácil. Si Ayuntamiento, Diputación, Junta, Gobierno central y cada comunidad de vecinos de Jerez no van de la mano, Granada o Villanueva del Percebe lo tendrán fácil. Bienvenidos serán en este sentido todos los apoyos que lleguen de otras localidades de la provincia, que se beneficiaría mucho también de esa capitalidad.

Por eso es necesario que en este proyecto, si va a seguir adelante, no haya ninguna fisura y se firme un acuerdo para que gobierne quien gobierne hasta 2031 se apueste firmememente por él, lo que también significa poner dinero y empeño en iniciativas que avalen una candidatura en la que flamenco, caballos, vino, y la multiculturalidad de una ciudad fronteriza tienen mucho que decir. En cualquier caso y pase lo que pase al final, como en el viaje a Ítaca, lo importante es lo que nos deje este camino a 2025 o 2031.