Las redes sociales se han convertido en una poderosa herramienta de comunicación en la que cualquiera que se abra un perfil, en muchos casos falso, tiene la opción de opinar de todo lo que le dé la gana sin pensar en las consecuencias que ello puede tener. Desgraciadamente, el ruido que meten unos pocos suena más que las grandes oportunidades que ofrecen bien utilizadas. El incremento de las donaciones de médula gracias a la campaña del joven fallecido de cáncer Pablo Ráez fue todo un ejemplo a seguir para su buen manejo. Las Marcas también han visto en ellas la gran oportunidad que suponen, no sólo en la promoción de sus productos, sino a la hora de conocer los gustos de sus clientes gracias a la posibilidad de interactuar. En el año 2010, GAP intentó cambiar su logo, pero antes de hacerlo preguntó a los seguidores de su perfil de empresa qué les parecía el nuevo diseño, inmediatamente hubo un rechazo unánime a la que iba a ser su gran apuesta. La firma de ropa tomó nota y evitó así pérdidas millonarias. Estos son sólo dos ejemplos del buen uso que se le puede dar a las redes sociales, una poderosa herramienta que amenaza con convertirse en una auténtica pesadilla para los gobernantes tras descubrir los ciudadanos que tienen ante sí la oportunidad, no sólo de ser escuchados, sino de que se actúe de forma inmediata ante lo que es políticamente incorrecto. El último ejemplo lo hemos tenido con el vídeo en el que se observa una plaga de ratas como conejos en la barriada de Las Flores de Jerez. Poco ha tardado en viralizarse la grabación subida por su presidenta a su perfil de Facebook. El Ayuntamiento poco ha tardado también en plantarse en Las Flores para dar solución a un problema que llevan denunciado desde hace tiempo sin respuesta, con carta incluida a la presidenta de la Junta de Andalucía. La falta de limpieza es, sin duda, una de las grandes asignaturas pendientes de Jerez así que, a partir de ahora, el Gobierno local va a tener que tomarse muy en serio el problema de la suciedad y la salubridad porque en la era digital una grabación de vídeo vale más que mil hojas de registros.