Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Senderos sin gloria

Jerez no termina de mirar cara a cara a su río. Cada vez que se produce un intento de la ciudad por reencontrarse con el Guadalete, algo sucede, con rostro político, y todo se tuerce. El último ejemplo es el proyecto de sendero ciclopeatonal que se anunció hace un tiempo como el espaldarazo definitivo a esa nueva era de convivencia con el río. Un proyecto que entraba en los planes de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI), con fondos públicos por valor de unos dos millones de euros para hacerlo realidad. Pero la alegría ha durado poco y el proyecto ya está enfangado, los lodos de la política han aparecido y estamos ante un nuevo capítulo del enfrentamiento institucional que sufre y padece la ciudad por la más que evidente falta de sintonía entre el Ayuntamiento y el Gobierno andaluz.

Este caso del sendero del Guadalete recuerda mucho al del Centro del Motor junto al circuito, cuyos fondos ITI también han sido objeto de una agria polémica entre las citadas instituciones. Parece que Jerez está condenada durante este tiempo a ser víctima de la falta de acuerdo entre el Ayuntamiento de Mamen Sánchez y el Gobierno de Juanma Moreno. Un enfrentamiento al que se le pueden poner ya, por desgracia, demasiados ejemplos. El de la paralización de las obras en el eje Corredera-Esteve, que tanto daño está causando al comercio del centro en un momento muy delicado, es otro claro caso que demuestra que allá donde gobierno local y autonómico tengan que mover algún papel, se acabará liando seguro.

La ciudad ya sufrió hace muchos años las consecuencias de ese enfrentamiento institucional. En los tiempos de Pedro Pacheco como alcalde no había un proyecto que tirase para adelante de forma conjunta, de ahí que en muchos casos el Ayuntamiento lo hizo en solitario y las cuentas municipales lo acabaron pagando hasta nuestros días. Eran tiempos en los que la Junta estaba presidida por socialistas, la mayoría de los ayuntamientos de la provincia también y Pacheco acuñó aquella famosa frase "Jerez es una isla rodeada de capullos". Ahora parece que la cosa es al revés, pero igualmente sangrante y sonrojante. Porque al final de lo que se trata es de lealtad institucional. Cuando dos instituciones se enfrentan (y mucho más en estos tiempos en los que lo que habría que hacer es buscar soluciones y no crear más problemas de los que ya hay) con quienes están siendo desleales es con sus propios ciudadanos, a los que se supone deben servir. Ciudadanos que esperan de sus políticos eficacia en la gestión y no guerras de titulares en los periódicos para ver quién dice la barbaridad más grande.

Se suponía que habíamos aprendido la lección de aquellos tiempos en los que para obtener votos vendía mucho enfrentarse y hacerse la víctima. Pero vemos que nada ha cambiado más allá de que las siglas ocupan ahora despachos diferentes. El siempre sinuoso sendero de la política recorre momentos sin gloria.

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