Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Una ciudad iluminada

En tiempos de oscuridad, bienvenida sea la luz. Aunque sea la que ilumina los edificios históricos del centro histórico gracias a un dinero que llegó antes de la pandemia para poner en valor -como se dice ahora- el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Jerez ha estrenado esta semana la llamada iluminación singular de algunos de sus edificios más señeros, desde Los Arcos en la plaza del Arenal al Teatro Villamarta, en una apuesta por destacar su belleza e importancia desde el punto de vista histórico. El momento elegido, en efecto, no ha sido el más idóneo, en plena pandemia, con restricciones a la movilidad que impiden, paradójicamente, que podamos disfrutar de ellos, de momento, más allá de las diez y media de la noche. Son las cosas que tiene este tiempo tan difícil de entender en el que un extranjero puede venir hasta aquí y un jerezano no puede ir a El Cuervo ni para comprar su exquisito pan.

Son las cosas, también, de la burocracia, que no entiende de pandemias ni para luces ni para ayudas a las empresas. O se hacía ahora o ese dinero se perdía. Y se ha hecho. Quienes, demagógica o desinformadamente lo critiquen, encuentran un terreno abonado en estos momentos para decir que eso no ayuda a acabar con el paro, la ruina o el hambre en Jerez. Y es cierto. Ni con estas luces ni con otras la ciudad va a ser, al menos de momento, más próspera. Diría más: se ilumina lo que está bien conservado y no lo que se encuentra en un estado deplorable que nos debe hacer sonrojar. Hay calles y plazas en Jerez que no soportarían ni la luz de un cerillo de lo mal que están en barrios que están en la mente de todos. Ahora bien, ¿cuál es la alternativa? ¿El apagón general? ¿El derrotismo en un tiempo en el que ya de por sí todo se ve oscuro?

El pleno extraordinario del estado de la ciudad, celebrado horas antes del recorrido en el que se fueron iluminando de manera también extraordinaria algunos espacios emblemáticos de la ciudad, puso de relieve un divorcio entre el gobierno local y el resto de partidos, incluidos aquellos que en su momento posibilitaron la llegada a la Alcaldía de la socialista Mamen Sánchez. Un mal escenario porque en estos momentos lo que demandan los ciudadanos es una puesta en común de los problemas y unanimidad a la hora de afrontarlos. Ninguna iluminación, por espectacular que sea, puede solventar las numerosas demandas que tienen los jerezanos. A lo que sí puede llamar es a la común convicción, estoy seguro, de que esta ciudad tiene elementos de todo tipo, arquitectónicos y humanos, que hay que sacar a la luz y poner en valor -otra vez la dichosa expresión- para salir del pozo en el que nos encontramos. Es sólo un símbolo, tal vez, pero significa al menos de que algo se mueve, aunque sea estéticamente. Y si después de todo esto no hay más que humo y fachada, que los ciudadanos se pronuncien con contundencia.

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