Jaime Valdivieso Bustamante

Es la economía, estúpido

La tribuna

28 de julio 2016 - 01:00

HAY un solo político en España que tiene en sus manos la posibilidad de dar una solución inmediata al grave problema que nos aqueja. El hecho de tener un Gobierno en ejercicio sin autoridad para formular las leyes necesarias para resolver los problemas de España tiene consecuencias nefastas en la economía. La falta de un Gobierno formal es un obstáculo para la entrada de capitales. Los inversionistas deciden la colocación de sus capitales donde hay estabilidad social y económica pero la inestabilidad que tenemos desde hace siete meses es un freno a la inversión. Esto provoca en la economía una sucesión interminable de causas y efectos concatenados: la menor entrada de capitales tiende a reducir el crecimiento económico que a su vez causa un efecto menguante en el proceso de creación de puestos de trabajo lo cual reduce la liquidez del fondo de pensiones, aumenta el déficit presupuestario que agrava el compromiso de equilibrio con la Comisión Europea, etc.

Las últimas cifra sobre la evolución del PIB concuerdan con esa hipótesis. Según el Banco de España la economía avanzó un 0,7% entre abril y junio, una ligera ralentización de una décima en comparación con al periodo enero-marzo, que no obstante, demuestra la continuación de un "crecimiento robusto de la actividad". O sea, si durante los últimos siete meses hubiésemos tenido un Gobierno definitivo, cabe conjeturar que el crecimiento del empleo sería aún más rápido y robusto. En los últimos doce meses el número de desempleados se redujo en más de 300 mil personas, con lo que el ritmo interanual de reducción del paro se situó en junio en 8,57%, ¡el mejor dato desde el año 1999! Y según Anfac la venta de coches en junio registra ¡el volumen más alto en seis años!

A pesar de ser estas cifras tan favorables jamás he oído a ningún político de la oposición relacionar el perjuicio que supone tener un Gobierno en funciones con el daño que esto causa sobre la creación de empleo, todos sus discursos se basan en que "es necesario un cambio". Si bien es cierto que aún tenemos un paro monstruosamente alto 3,77 millones, se pueden hacer algunos cambios para acelerar el crecimiento de la economía pero no para modificar las medidas que están dando estos resultados satisfactorios. Lo que no quieren reconocer los iglesias, riveras, sánchezes y asimilados -todos tan sensibles al sufrimiento de los parados- es que el cambio favorable al crecimiento económico y creación de puestos de trabajo es lo que viene haciendo el gobierno PP para corregir las estupideces cometidas por ZP que agravó los efectos de la crisis económica negando su existencia, falseando las cifras y mandó a millones de trabajadores al paro.

A propósito de ZP, acaba de ocurrir un hecho insólito que recuerda a este personaje tan admirado por Sánchez y según Iglesias el mejor presidente que ha tenido España. Los intelectuales de Podemos en Vallekas han encontrado una explicación a las matanzas de Niza: "Fue un accidente de tráfico". Esto recuerda similar explicación que dio en 2006 el presidente ZP respecto al atentado terrorista cometido por ETA en Barajas; en más de tres ocasiones insistió que fue "un accidente". Aunque esto parezca fuera de contexto, quien quiera observar con objetividad las personalidades que hay alrededor de Sánchez y de Iglesias (mandó callar a los Vallekos), es inevitable pensar que el fanatismo ideológico les impide ver la realidad objetiva y además anteponen el interés personal de su carrera política sobre los intereses generales.

La famosa frase "es la economía, estúpido" dirigida en 1992 desde el partido de Clinton contra Bush (padre), vale hoy para un quien es incapaz de comprender lo que la gran mayoría de ciudadanos entienden como quedó demostrado el 26-J; hay que apoyar al PP para que siga por la senda del crecimiento de la economía. Nada de votos negativos ni abstención. Un pacto entre PP y PSOE daría una mayoría absoluta instantánea de 56% con 222 escaños. Ésta es la fórmula que usan los socios más sensatos de la UE. Las demás opciones que apelan a la abstención producirían un Gobierno en minoría sin capacidad para continuar resolviendo los principales problemas económicos.

El inconveniente para lograr ese acuerdo se llama Pedro Sánchez. Tal vez ofreciéndole que proponga un vicepresidente para un Gobierno entre ambos partidos, acordando previamente una acción conjunta de los abundantes barones del PSOE que sabemos aceptarían esta fórmula para que le hagan ver los beneficios que esto supone para él, para el partido y para España. Una mayoría así permitiría a ambos partidos acordar las clamorosas reformas que necesita la Constitución y ayudaría a Sánchez y sus acólitos a comprender que el PP no es el enemigo a destruir, es sólo un adversario ideológico que aspira a resolver los mismos problemas por otra vía. El enemigo es el que te quita votos, Podemos al PSOE y C's al PP. ¡Sánchez, no es el PP, es la economía!

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