Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

La inspiración está aquí

Hace unos días, en el transcurso de una jornada sobre creatividad e innovación en las empresas organizada por este Diario y la Fundación Cajasol, tres empresarios de éxito de nuestra ciudad comentaban con orgullo el conocimiento que existe de Jerez en el extranjero. Cuando Benjamín Ruiz (Beiman), Óscar Sordo (FTE Jerez) o Rubén Rubiales (Leiselle) le dicen a un cliente o un inversor que sus empresas tienen sede en Jerez, tienen mucho ganado de antemano. La simpatía que se tiene por Jerez en todo el mundo es el primer paso para acabar creando una marca de calidad que se traduzca en algo más que sonrisas: en negocio, empleo y prestigio.

Hay muchas más empresas en Jerez además de las citadas que, calladamente, sin hacer mucho ruido, están abriéndose camino en un mercado globalizado. Muchas más pero no las suficientes. Aún hacen falta más emprendedores para que la ciudad despegue económicamente y no dependa casi en exclusividad de las alegrías que nos dé el turismo, que está muy bien, pero que no es capaz de tirar del carro por sí solo.

A menudo pensamos que la solución ha de venir de fuera. Esta misma semana un grupo político, Ciudadanos, pedía que el Gobierno central reclamase fondos europeos para fabricar en Jerez chips semiconductores, para los que existe una alta demanda. Es el sueño de la reindustrialización de Jerez por el que tanto suspiramos desde hace décadas tras la reconversión de una industria como la del vino (y sus sectores auxiliares) que no ha tenido relevo. Pero hemos podido comprobar cómo la solución no ha sido el dinero público. Planes de reindustrialización en nuestro entorno han acabado en fiascos cuando no en los tribunales. Dinero público tirado en muchas ocasiones a la basura o que ha engordado algunos bolsillos.

No. La solución no va a venir sólo desde fuera. Es cierto que para que las empresas arranquen y tengan éxito es muy importante el apoyo de las administraciones públicas, no sólo con subvenciones en metálico, sino con otro tipo de ayudas. Por ejemplo, no poniendo palos en las ruedas con artefactos burocráticos o normativas a veces absurdas que ralentizan los proyectos y aburren al más pintado.

Al final, después de ver cómo fracasaban proyectos que nos iban a devolver el esplendor industrial (la fábrica de todoterrenos de Zahav, mimada por el gobierno local de entonces es el mejor ejemplo), nos encontramos con que las principales empresas que hoy crean trabajo y valor en Jerez no han surgido desde el impulso de las administraciones públicas, de las subvenciones puras y duras, sino del empeño, la paciencia, la creatividad y la innovación de sus promotores. Sólo desde su ejemplo podemos encontrar respuestas a tantos interrogantes que surgen en estos tiempos de cambio, sólo desde su sacrificio, riesgo y esfuerzo es posible emprender el camino hacia el éxito. Lo contrario, salvo excepciones, es buscar justificaciones, excusas fáciles que nos llevan a explicar por qué seguimos estando donde estamos.

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