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Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Un monstruo viene a verme

El caso de Carmen Martínez, que tendrá que ir a prisión tras denegársele el indulto, trae el fantasma de los peores años

Después de una noche de cine, este título de José Antonio Bayona (2016) viene que ni pintado para hablar una noticia en el ámbito judicial relacionada con la teniente de alcaldesa del gobierno municipal de Pilar Sánchez entre 2007 y 2011, Carmen Martínez. El Consejo de Ministros le ha denegado el indulto que solicitó para no tener que cumplir la pena de dos años y seis meses que le impuso la Audiencia Provincial tras el juicio en 2015 y que confirmó el Tribunal Supremo por el llamado 'caso PTA': una ayuda a una empresa en el parque tecnológico agroalimentario de Jerez sin reunir los requisitos. El mismo caso que se llevó por delante a Pilar Sánchez, alcaldesa socialista hoy en libertad cuya carrera acabó con su ingreso en la cárcel e inhabilitación para cargo público. Carmen Martínez fue condenada por falsedad en documento oficial, prevaricación y malversación por aquella ayuda en la que le tocó tomar parte como delegada de Medio Rural. El Ayuntamiento en 2016 informó a favor de que se le otorgara el beneficio del indulto pero la Fiscalía se opuso y ahora llega la denegación del Consejo de Ministros, hoy socialista, que la conduce a prisión durante unos diez meses como mínimo. De nada sirvió la plataforma que se creó en su defensa, apoyada como otras solicitudes en la grave enfermedad -cáncer- que padece desde hace tiempo, la peor condena que puede existir.

El caso de Carmen Martínez devuelve a la actualidad la triste realidad de un edil jerezano que tiene que ingresar en prisión. Independientemente de las características y consideraciones que cada caso judicial tiene, es muy triste tener que informar de ello. Cuando la ciudad trata de pasar página a una etapa en la que se cometieron muchos errores, no sólo en Jerez, los tribunales de Justicia nos vuelven a recordar lo que pasó por mor de la lentitud de los procesos. Hablamos de un juicio del año 2015 y de unos hechos que se remontan al año 2011 en los que hubo muchas personas implicadas. La denuncia fue presentada en 2010 por el PSA tras su divorcio con el PSOE. Sus dos líderes, Pedro Pacheco y Pilar Sánchez, acabarían despedazándose en público en una batalla en la que no hubo ni vencedores ni vencidos y que acabaría con los dos entre rejas. Todavía, en 2019, aquella marejada política y judicial sigue devolviendo condenados en Jerez. En un momento en el que el debate acerca del tiempo que lleva Pacheco en centros penitenciarios parece tener una conclusión clara, que es excesivo, otra ex concejal va camino de la cárcel. Ha pasado tanto tiempo que la percepción social del delito, tan pendular, ha cambiado desde entonces; no así las leyes, que son las mismas y deben ser iguales para todos.

Pero esta ciudad necesita pasar página definitivamente a esa época que deja una factura demasiado larga y cara para nuestra imagen. La ausencia de casos desde entonces en los tribunales indica que la lección parece aprendida. Pero no conviene bajar la guardia para no repetir la historia.

Y deberían tomar nota de este caso, o el de Pacheco, los llorones políticos presos catalanes, golpistas que trataron de romper este país creyendo que les saldría gratis. Por muchísimo menos hay gente hoy en la cárcel.

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