Tengo un título de doble grado

El salón de los espejos

27 de julio 2025 - 03:07

España por fin es Europa. Una dirigente política ha dimitido porque se ha descubierto que falseó su currículum. ¡Ya somos como Alemania! Recuerden que Ángela Merkel perdió nada menos que a tres ministros de sus gobiernos (el de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg, la responsable de Educación Annette Schavan y la ministra de Familia Franziska Giffey) cuando se descubrió... que habían plagiado sus tesis doctorales. Bueno, de acuerdo; todavía no somos como Alemania, los nuestros ni siquiera han logrado aprobar la carrera. Pero ya estamos en el camino.

La diputada del PP en el Congreso y Vicesecretaria de Movilización y Reto Digital de la dirección del partido, Noelia Núñez, ha dejado esta semana todos sus cargos políticos e institucionales tras descubrirse que había mentido en su currículum, no tenía un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de las Administraciones Públicas como decía; “una equivocación”.

La verdad es que la información que constaba en su biografía levantaba sospechas, tenía un título de doble grado pero no decía dónde, y daba clases universitarias, tampoco se sabía muy bien en qué institución. Vamos, que cantaba por bulerías.

Todo el mundo sabe que no es la primera política cazada en estas trampas (léase mentiras y falsedades), Elena Valenciano, Carmen Montón, Pablo Casado... o la misma Begoña Gómez que codirige un máster en la Complutense sin tener siquiera una licenciatura.

En los cursos de formación y preparación para la vida laboral que las instituciones ofrecen a los jóvenes estudiantes, universitarios o no, se les enseña a presentarse ante una entrevista de trabajo y también a preparar un currículum con diferentes programas informáticos punteros. Los hay de tal nivel que te los traducen al idioma que quieras cumpliendo perfectamente las reglas gramaticales ¿No podrían hacer lo mismo los partidos políticos? En todos ellos organizan jornadas de formación para sus cargos públicos; muchos les enseñan a hablar e incluso a hacer vídeos para las redes sociales, que eso sí que importa.

Resulta insultante que se descubran estas trampas. Los jóvenes andaluces de esta generación son los mejor preparados, muchos tienen, gracias a su esfuerzo, títulos de doble grado, certificados de inglés y un perfecto dominio de las herramientas digitales. Otros optan por la FP, una profesionalización que el sector productivo andaluz necesita urgentemente, que los responsables públicos dicen que es tan válida como la formación universitaria. ¿Seguro? Entonces, ¿por qué ningún político miente diciendo que tiene un grado en FP?

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