Sábado de Pasión

La elegancia y fuerza de la cofradía de la Entrega bordó la jornada previa a la Semana Santa

La Entrega, saliendo de Rivero en dirección a San Juan de Letrán.

La Entrega, saliendo de Rivero en dirección a San Juan de Letrán. / Miguel Ángel González

Eran más o menos las doce y media de la tarde del Sábado de Pasión cuando Tomás Sampalo tocaba por primera vez el martillo del paso de la Entrega. El capataz de esta cuadrilla de ensueño, fina en el trabajo y sobrada de fuerza, llamaba a Pablo, su hijo, fallecido el pasado mes de septiembre. “Pablo, por ti. Y por los que están en el Cielo”, gritó. La cuadrilla levantó al cielo tornado de nubes y el día se quebró en lágrimas y emociones indescriptibles. Pablo, estuvo bajo el Señor de la Entrega, escuchando los mandos de su padre durante las catorce horas. No hizo falta este año que hiciera relevo ni que saliera del paso. Pero su recuerdo y la fuerza que reciben unos padres tras una tragedia como la vivida recientemente tiene más fuerza que toda la cuadrilla de ensueño que pasea a su Señor durante horas por las calles de la ciudad.

Así arrancó la estación de penitencia de la hermandad de la Entrega de Guadalcacín. Bajo el recuerdo de Pablo durante toda la jornada y bajo en cielo ceniciento que respetó durante el camino de ida hasta la ciudad. Andar valiente y entrega imbatible. Solo así es posible que cada año se obre el milagro y las fuerzas se multipliquen.

Jerez, un año más, estuvo con la corporación de la cercana entidad local de Guadalcacín. Se volcó con estos valientes que demostraron buen hacer y elegancia. Conforme la cofradía se internaba por la calle Zaragoza para llegar a Compañía, el público se agolpaba en las aceras. Y en San Pedro, la hermandad de Loreto, esperaba el paso de los valientes. Una ‘revirá’ de ensueño para encarar Bizcocheros mientras la banda del Rosario de Cádiz volvía a mostrar las credenciales del porqué es de copa de campeones. Fuerza y afinación.

Bizcocheros y Rotonda de los Casinos, que era como si llegara a aquella añorada carrera oficial de los ochenta y noventa. Y de ahí llegaban hasta la mitad de la Tornería, en plaza del Clavo, donde sonó la marcha ‘Eternidad’ y así buscar San Marcos donde se harían las preces de rigor. La hermandad de la Sagrada Cena, madrina de la de la Entrega, cumplimentaba en los saludos bajo la presencia de la alcaldesa, María José Pelayo, la delegada diocesana, Eleme Gómez Mateos y en presidente de la Uniónde Hermandades, José Manuel García Cordero, entre otras representaciones. Una vez cumplida la misión, con una media hora de retraso conforme al horario previsto, el paso tomó dirección a Rivero para desembocar en la Alameda Cristina donde una multitud, sedienta de cofradías, esperaba el momento en el que Guadalcacín conquista la ciudad. El saludo siempre elegante con la hermandad de Jesús Nazareno y vuelta su sede en la iglesia de San Enrique. Kilómetros de sacrifico de lo cual, en la Entrega, saben muy bien de lo que es. Esta bendita locura cofrade no podría llevarse a cabo sin esa entrega que demuestran con más de catorce horas en las calles de la ciudad.

Humildad de Barbadillo

Hacer mención que la agrupación parroquial de Barbadillo hizo también su salida procesional con el Señor de la Humildad por las calles del barrio y de la zona del Rocío. Cumplimento en la parroquia de Las Viñas en una jornada plena para esta incipiente semilla que acabará siempre hermandad y cofradía. Todo se andará.

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