Consejos de psicología

Abuelos, ¿esclavos de los nietos?

En una sociedad donde casi es imprescindible que los dos miembros de la pareja trabajen para tener unos ingresos suficientes con los que llegar a final de mes, es cada vez más frecuente encontrarse con niños criados la mayor parte del tiempo por abuelos que ejercen de padres.

¿Quién no conoce a algún abuelo que, aún no teniendo por qué hacerlo, se comprometen a llevar a sus nietos al colegio todos los días, recogerlos, darles de comer, ayudarles en sus tareas, etc.?

Esto puede provocar grandes inconvenientes a la familia. Si bien al principio puede resultar muy agradable eso de pasar todo el día con los nietos pequeños, llegará un momento en el que los abuelos pedirán tiempo para sí mismos.

Y es que, en un periodo de sus vidas donde pueden hacer valer sus ahorros para hacer actividades que antes no realizaron, resulta fundamental que puedan emplearlos en su disfrute personal. Sin embargo, se ven obligados a gastar estos recursos en mantener a los nietos.

Y quizás algunos de ellos nos nieguen el que esta responsabilidad sea un inconveniente. Es más, pueden que piensen que su mayor satisfacción es la de cuidar de sus nietos.

Pero no todos los abuelos piensan igual, porque algunos de ellos se ven obligados a acometer estos cuidados sin ser preguntados anteriormente sobre su disponibilidad o interés. Incluso algunos no tendrán ni siquiera la oportunidad de dar su opinión, ya que son las únicas alternativas a priori disponibles, y como es lógico, quieren a sus nietos y no los van a dejar aislados.

Ante esta situación, es habitual que estos abuelos muestren signos de agotamientos físico, cansancio y malestar anímico, fruto de esta dedicación.

Pero lo que está claro es que no es justo que, después de haberse hecho cargo de sus hijos durante tantos años, sean ahora ellos los que también carguen con la responsabilidad de tener que cuidar a sus nietos día tras día, y todo por la ineficacia de los hijos para organizar su vida.

Incluso es frecuente que estos hijos consideren que su trabajo es más importante y que los abuelos tienen la obligación moral de cuidar a los pequeños, aprovechándose de las circunstancias.

Si bien en un principio, el tiempo que obligan a los abuelos al cuidado de los niños es sólo durante la jornada de trabajo, progresivamente estos abuelos irán dedicando más horas al cuidado de los nietos para que sus hijos puedan también tener tiempo de ocio.

No es que la crianza de los abuelos sea negativa, al contrario.

El contacto entre niños y abuelos es favorecedor para el desarrollo afectivo-emocional del niño y para la salud de los abuelos. Pero para ello deben tener el papel de abuelos, no el de padres, dejando que la pareja tome decisiones por sí misma y por sus nietos.

Por tanto, el rol de abuelo debe ser distinto al de padre, siendo esencial que se establezcan vínculos con los nietos pero sin traspasar unos límites y sin sustituir a los verdaderos padres.

Y por supuesto, no deben dudar de la capacidad de los hijos en la educación y crianza de los niños, sino darles la oportunidad para que desarrollen su autonomía.

Y es que, en definitiva, los más afectados son los niños pequeños, cuya vida será un caos, porque necesitan tranquilidad, poder llegar a casa y no tener que depender del abuelo.

Estos niños deben tener su propio hogar, donde se fomenten unas responsabilidades y donde los padres tengan la oportunidad de ofrecer la atención, el cariño y la autoridad que los niños necesitan.

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