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Jerez

Gran ambiente cofradiero en el regreso de la Candelaria

  • La gente se echó a la calle para presenciar el discurrir de la hermandad en su traslado desde la Catedral a Santa Ana

La hermandad de la Candelaria puso ayer un digno epílogo a lo que ha sido una gran Semana Santa con algunos 'peros', sobre todo en la Madrugada, con el traslado que realizó ayer del Señor de las Misericordias y el de María Santísima de la Candelaria desde la Catedral hasta Santa Ana, después de tenerse que refugiar en el primer templo jerezano el pasado Lunes Santo por el pequeño chaparrón que les cayó a eso de las once de la noche.

Se notaba además que todavía había muchas ganas de ver pasos en la calle, ya que poco antes de las cinco de la tarde, hora en la que el cortejo se puso en la calle, ya había muchas personas en torno al reducto de la Catedral. El día además acompañó, ya que el sol de justicia y el calor se pudo mitigar un poco gracias al viento reinante.

Sin prisas pero sin pausa. Así se lo tomaron en la hermandad de la Candelaria, que no tenían intención de reeditar lo que se vive cada Lunes Santo. Los pasos anduvieron cuando debían hacerlo, caso de la cuesta de José Luis Díez o en algunos tramos de la Porvera, y se lucieron un poco más en calles como Tornería -donde, por cierto, se formó la última gran bulla de la Semana Santa-, y como es lógico, a su llegada a Lealas y a la plaza de la Constitución antes de entrar en Santa Ana. Todo ello por la intención de llegar y de recogerse a la hora que habían establecido, las nueve de la noche.

Encabezó el cortejo la antigua Cruz de Guía de la hermandad en lugar de la plateada que sacan cada Lunes Santo. En cuanto al número de hermanos, éstos no llegaron al número de los que normalmente salen de nazarenos, aún así, fue lo suficientemente amplio para que las bandas no se molestaran entre sí, a excepción de a la salida, cuando la Agrupación de la Sentencia tuvo que parar de tocar para que sí lo hiciera la Municipal de El Arahal a la salida del palio de la Candelaria así como en Porvera y Lealas, debido a la amplitud de ambas vías.

En cuanto a la uniformidad del cortejo en sí, no es que hubiera mayoría de trajes de chaqueta en los hombres ni sólo trajes negros en las mujeres. Por contra, se vieron algunos peinados más propios de la pasarela Cibeles así como algunos pinganillos en las orejas por eso de que jugaba el Xerez en Gijón. Aunque se tratara de un traslado, no de una estación de penitencia, estos detalles habría que haberlos cuidado un poco más. Además, acompañaron a los hermanos de la Candelaria una representación de las hermandades de la Cena, Viga y Perdón, que portaron sus respectivos estandartes, así como de la Unión de Hermandades.

Por otra parte, el Señor de la Candelaria lució para la ocasión una túnica de color hueso, lo que favorecía el contraste con su tez morena. En cuanto al exorno floral, el paso lució claveles rojos, mientras que el del palio los llevó de color rosa.

Lo más destacado es que ni el barrio ni el resto de cofrades jerezanos presentes en este traslado dejaron en ningún momento solos a los dos pasos, formándose incluso alguna que otra bulla tanto delante como detrás de ambos en algunos puntos del recorrido. En plaza Plateros, con la mayoría de bares abiertos, la sensación era casi de Domingo de Ramos en lugar de Domingo de Resurrección, al igual que en Tornería. Rafael Rivero también presentaba un gran aspecto, aunque no a la altura de los días pasionales, mientras que por la amplitud de Porvera, el público se esparcía un poco más. Diferente fue la llegada a Lealas y la plaza de la Constitución, cuando el barrio terminó de arropar a sus veneradas imágenes.

Mención aparte merecen las cuadrillas de ambos misterios, con ganas de lucirse cuando así lo requería el momento, así como la Agrupación de la Sentencia. Lo suyo fue para quitarse el sombrero, porque prácticamente una hora antes de que la Cruz de Guía de la Candelaria se pusiera en la calle, acababan de tocar en el Puerto de Santa María detrás del Resucitado. Vamos, que prácticamente con el bocadillo en la boca dieron posteriormente un recital para demostrar que son la mejor formación musical que actualmente hay en nuestra ciudad y, por qué no decirlo, la mejor Agrupación Musical de la provincia.

En cuanto a la sevillana banda municipal de El Arahal, cumplió también sobradamente tras el palio de la Candelaria.

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