Educación

125 años creando escuela

  • El colegio Nuestra Señora del Pilar comienza hoy los actos para conmemorar el aniversario de la llegada de la comunidad marianista a Jerez, producida el 9 de octubre de 1888

El azar o la mera coincidencia quiso que el 9 de octubre de 1888, la comunidad marianista estableciera sus raíces en Jerez. Fue un proceso laborioso y lento, pues la que en un principio iba a ser la primera fundación de los marianistas en España cedió su prúrito a San Sebastián. Sea como fuere, hace ahora 125 años la ciudad acogió la llegada de una comunidad que ha conseguido calar hondo dentro de su sociedad.

Para ello, muchas fueron las personalidades que intervinieron en aquel suceso, desde el obispo de Cádiz, Vicente Calvo y Valero, hasta el párroco de San Dionisio, Francisco de Paula Rodríguez, pasando, claro está por los primeros marianistas en aterrizar en esta tierra, es decir, nombres como los padres Francisco Javier Delmas, que sería primer director,y Juan Bourdel, Juan Causse, Carlos Kauffmann, Basilio Crayssac, Luis Nicoleau, José Crelier, Luis Guiral, Hipólito Birot, Juan Bousquet y Antonio Cubillo, el único español. Todos pusieron su granito de arena para que en 1888 comenzase el curso en el entonces colegio de Humanidades San Juan Bautista, situado en la calle Porvera 26.

En una ciudad en expansión (contaba en aquella época con unos 60.000 habitantes) y en medio de un litigio entre algunas familias y los antiguos patronos cel centro, el curso lo comenzaron diecisiete alumnos para pasar, conforme avanzó aquel primer año marianista, a 42.

El aumento del alumnado fue el primer reflejo del celo y la seriedad educativa de la comunidad marianista en Jerez, tanto es así que todas aquellas familias que en su día mantenían dicho litigio acabaron por confiar la enseñanza de sus hijos al colegio. Así lo corrobora el informe que en 1893 solicita el Ministerio de Educación al Ayuntamiento y en el que se recoge que "tal ha sido la regularidad y corrección de costumbres de esos ejemplares religiosos, su laboriosidad y celo en la educación y enseñanza de los alumnos, su competencia científica y el brillantísimo resultado en los exámenes oficiales en varios cursos que, desvanecidos aquellos prejuicios, hoy gozan de universal simpatía y del respeto, aprecio y merecida consideración de todo el pueblo".

Con el paso del tiempo el colegio fue expandiendo su espacio, pues años más tarde de la llegada marianista se ampliaron sus dimensiones adquiriéndose los números 8 y 9 de la calle Gaitán.

El primer paso para el cambio de ubicación sucede en 1959, cuando los alumnos de Bachillerato (un total de quinientos quince) pasan a la denominada finca Santa Fe, donde Fernando de la Cuadra había construido uno de los dos edificios que hoy en día conforman el colegio (el otro, que actualmente aloja a los alumnos de infantil y Primaria, fue obra de Vicente Masaveu en la década de los 70). Con una extensión de 7'5 hectáreas, el nuevo Colegio Nuestra Señora el Pilar comienza a tomar forma. No obstante, el traslado definitivo no se produce hasta 1977, entre otras cosas porque el edificio anterior no respondía a la nueva normativa y adaptabilidad. Años más tarde se solicita una única nominación, la de Nuestra Señora del Pilar, hoy vigente.

A lo largo de estos 125 años, generaciones tras generaciones han ido cursando estudios bajo el amparo marianista. Por las paredes de sus centros han desfilado nombres significativos dentro de la sociedad jerezana y que con el paso del tiempo incluso han tenido especial trascendencia a otros niveles. Hablamos de nombres como el de José Manuel Caballero Bonald, actual Premio Cervantes de las Letras, del desaparecido Cándido Velázquez-Gaztelu, expresidente de Telefónica, o de la actual alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo.

El Pilar, como se conoce comúnmente en Jerez, ha conseguido afianzarse de una manera u otra en la vida de infinidad de jóvenes, unas veces de forma directa, mediante el alumnado, y otras de forma indirecta, pues no hay que olvidar que durante años sus instalaciones acogieron infinidad de actividades deportivas, fundamentalmente el atletismo y el fútbol (con los populares campeonatos de bodegas, por ejemplo).

El centro ha logrado además cultivar la vocación seminarista y hoy por hoy muchos marianistas son jerezanos. Además, durante todo este tiempo destaca su vinculación con la Hermandad de la Vera-Cruz con la que a partir de la década de los cincuenta se estableció una estrecha relación gracias a la labor del entonces director Vitoriano Pardo. No es de extrañar que muchos alumnos del colegio realicen hoy día estación penitencial con la hermandad como norma habitual.

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