El índice de actividad económica está correlacionado con la cuota de mercado. Eso dice la metodología del Anuario Económico de España. La realidad dice que, pese a la crisis generalizada, el poder adquisitivo subió el año pasado. Poco pero subió. Un indicador que hace pensar en la mancha subterránea de la economía sumergida. De lo contrario, ¿cómo puede el jerezano medio consumir más si el porcentaje de paro de la ciudad está entre los nueve más elevados de todas las poblaciones españolas de más de 50.000 habitantes? En el último ejercicio, destaca el informe anual de la caja catalana, la cuota de mercado creció cuatro puntos en Jerez, pues pasó de un índice de 385 puntos en 2008 a uno de 389 el año pasado. Sin embargo, esta tímida subida no oculta que la capacidad de compra de los jerezanos está prácticamente 'congelada' desde la entrada de la recesión económica hace ya tres años. Entre 2006 y 2007 hubo un descenso de un punto, y desde entonces el poder adquisitivo ha crecido, siempre según los indicadores que pone de relieve el Anuario, en once puntos. Hace una década, la cuota de mercado de la ciudad estaba cifrada en 359, treinta puntos menos que diez años después.

Según detalla el informe, en su apartado de metodología, la cuota de mercado de los municipios se elabora mediante un modelo equivalente a un promedio de números índices de las siguientes seis variables: población, número de teléfonos fijos (de uso doméstico), automóviles, camiones (camiones y furgonetas), oficinas bancarias, y actividades comerciales minoristas. Es decir, la capacidad de consumo de un municipio se mide, no sólo en función de la importancia de la población, sino también en función del poder adquisitivo de la misma, que viene representado por las cinco variables restantes indicadas. Estos números índices expresan la participación -en tanto por 100.000- que corresponde a cada municipio sobre una base nacional de 100.000 unidades.