El Consejo Regulador del jerez no descarta una merma en la vendimia "mayor de la esperada"
El recorte por el mildiu puede exceder el 30% por daños superiores a los previstos en los viñedos más afectados
La campaña se generaliza esta semana con la mitad de lagares inscritos en funcionamiento
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El Consejo Regulador del vino de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar cree que aún es pronto para determinar si la previsión de una merma del 30% en la cosecha de la presente vendimia por el mildiu se ha quedado corta. La institución jerezana del vino mantiene, de momento, la estimación de un recorte de casi un tercio refrendada por las distintas organizaciones sectoriales en el pleno celebrado a finales de julio, aunque titulares de viñas de los pagos más afectados, con la campaña ya en marcha, confirman que la pérdida será mayor de la que se pensaba.
La vendimia avanza a paso acelerado en los pagos del interior y esta semana se generalizará con la entrada en funcionamiento de la mitad de los 32 lagares inscritos –el martes había una docena de bodegas de elaboración operativas y ya se ha comunicado el arranque de la campaña hasta el viernes de otras 3 o 4–.
“El lunes 18 estaremos a tope, con el grueso de los grandes lagares en marcha”, asegura el presidente del Consejo Regulador, César Saldaña, quien detalla que por esas fechas “veremos si hay que revisar la previsión” del alcance del ataque sin precedentes del hongo del mildiu registrado entre los meses de mayo y junio. No en vano, la incidencia en viñedos menos afectados por la plaga se mantiene conforme a la estimación inicial, de ahí que la institución prefiera esperar un tiempo prudencial para pronunciarse sobre el posible aumento del impacto en la cosecha final.
El lunes 18, con todos los grandes lagares en marcha, veremos si hay que revisar la previsión
El sector considera que una merma del 30% está dentro de los márgenes asumibles, ya que la producción final rondaría los 44 millones de kilos, la menor de la última década, pero suficiente para garantizar las necesidades de reposición de los vinos y vinagres de Jerez, así como del envinado de botas para Sherry Cask.
En condiciones normales, 44 millones de kilos sería una cantidad muy justa para atender los distintos negocios que se nutren de los mostos calificados del Marco de Jerez, pero en las cooperativas había sobrante de la campaña anterior, la de 2024, que se saldó con 62,5 millones de kilos, tras otras dos cosechas cortas (2022 y 2023), por debajo ambas de 50 millones de kilos a causa de la sequía. Estos excedentes, y la nueva cosecha, permitirán alcanzar el equilibrio entre la oferta y la demanda.
El Marco de Jerez, con todo, puede considerarse afortunado con una pérdida de un tercio de la producción frente al alcance del mildiu en otras denominaciones de origen andaluzas, en concreto Condado de Huelva y Montilla-Moriles, donde las previsiones apuntan a mermas del 70% y el 50%, respectivamente.
Más de 6 millones de kilos molturados
Según el último parte de vendimia del Consejo Regulador, hasta el pasado lunes se habían molturado cerca de 6,6 millones de kilos de uva en los 10 primeros lagares en iniciar su actividad, ocho de ellos en Jerez, que supera los 6,1 millones de kilos. Los otros dos lagares ya en marcha, aunque con cantidades aún simbólicas de 375.640 y 37.270 kilos, se localizan en Chipiona –el de la Cooperativa Católico Agrícola aunque para la maquila de la uva de un viñedo del Grupo Caballero/Lustau ubicado también en Jerez– y Lebrija –la localidad sevillana y la única de fuera de la provincia perteneciente al Marco en la que desarrolla su actividad la bodega González Palacios–.
En cuanto a los controles de maduración, reforzados este año por el Consejo Regulador para garantizar que toda la uva que entre en los lagares supera los 10,5 grados baumé o potencial de alcohol, el mínimo exigido en las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda para el inicio de la vendimia, César Saldaña confirma la ausencia de problemas hasta la fecha.
De hecho, la graduación media hasta el lunes se sitúa en 11,9º baumé, y tampoco se ha detectado presencia de botritis (pudrición), la principal preocupación a la que se enfrentaba el sector tras el mildiu por el exceso de humedad del presente año agrícola, pero que “se ha parado en seco por el viento de Levante, que es mágico para eso”.
Precisamente, el predominio de los vientos del Este, y las altas temperaturas por la ola de calor de esta primera quincena de agosto no sólo han puesto freno al riesgo de pudrición, si no que también han acelerado aún más el proceso de maduración de la uva, para precipitar el inicio de la campaña en algunas viñas que venían algo más retrasadas tras un mes de julio de vientos frescos de Poniente, temperaturas suaves y blanduras nocturnas.
Entre finales de esta semana y principios de la siguiente, entrarán en campaña los primeros lagares de Sanlúcar y Trebujena (cooperativas de La Caridad y Virgen de Palomares), por lo que la vendimia se extenderá así hacia los pagos del litoral, donde a partir de la semana que viene únicamente faltarían por sumarse Chiclana y pequeños lagares de la costa.
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